Principios de la Paz
Para vivir alejados de todas las formas de conflicto, y superar las pruebas cotidianas que nos sacan la agresividad desde nuestro interior, se deben eliminar cada uno de los factores generadores violencia que llevamos de forma inconsciente, para lo cual necesariamente hay que entender los siguientes principios de paz personal, y aplicarlos a la vida cotidiana hasta hacerlos parte de los hábitos personales.
Nivel Básico
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Lo primero para alcanzar la paz personal es reconocer la agresividad y responsabilizarse de sanarla.
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Hablo calmado sobre mis emociones negativas en lugar de actuarlas de forma explosiva.
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Veo las socializaciones de la violencia y procuro no caer en ninguna de ellas.
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En mis relaciones, asumo el reto de tolerar los defectos de otros y cuidar mejor a quienes ya están.
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No hago suposiciones para no alimentar malentendidos, siempre verifico antes de actuar.
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Reconozco lo que detona mi ira y lo que me polariza la opinión, para sanarlo y superar mi división.
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Nunca me quedo alimentando el problema, siempre lo suelto y me enfoco en la solución.
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Entendí que para solucionar los conflictos, es más efectiva la diplomacia que la confrontación.
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No tomo decisiones con rabia, para no correr el riesgo de equivocarme o arrepentirme.
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Entiendo que la venganza genera más violencia, y que para salir del conflicto hay que dar el primer paso.
Nivel Medio
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Hay que ser conciente de los defectos propios para no molestar a los demás.
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Hay que ponerle límites a las reacciones para así madurar las emociones.
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Ante el enojo, siempre se tiene la opción de cambiar la reacción instintiva por una respuesta saludable.
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No hay que pelear con los instintos, sino aprender a vivirlos de forma saludable.
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La ira se debe sentir pero no actuarla frente al otro, sino liberarla en privado para no hacerle daño a nadie.
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No se debe hablar con enojo, sino esperar a que se pase la rabia antes de expresar la diferencia.
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Como todo conflicto en un choque de egos, la humildad es la clave para salir de la guerra.
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No se deben tener conversaciones negativas, ni intervenir en temas que polaricen la opinión.
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Hay que eliminar las palabras ofensivas para expresarse hacia el oponente, y así salirse de la cultura del odio.
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En lugar de hablar mal de otro, hay que aprender a ponerse en los zapatos del otro para poderlo entender y perdonar.
Nivel Alto
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Si el oponente es un reflejo de los propios defectos, lo mejor es asumirlos y sanarlos para resolver el conflicto.
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Ante cualquier situación ofensiva o dolorosa, siempre hay que concentrarse en lo positivo de la experiencia.
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Las agresiones del otro se deben manejar con entendimiento y humildad, para poder corregir el error con amor.
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No hay que retroalimentar la lástima ni el dolor ajeno, sino mas bien exaltar lo bueno siempre.
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Cuando no se está encerrado en el egoísmo, se puede disfrutar de servir y cuidar a los demás.
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Hay que cambiar la psicorrigidez egóica por inteligencia adaptativa, para poder tolerar el defecto y el error.
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Cuando se trasciende la polarización se va el odio y llega la compasión.
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Hay que cambiar las quejas y el sufrimiento, por la aceptación y la búsqueda de soluciones.
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No se debe satanizar la diferencia sino valorar el papel que cumple la oposición.
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Las afirmaciones son la cuota inicial del destino, por eso siempre se debe hablar positivamente.
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No se deben juzgar los defectos ajenos ni tratar mal a alguien cuando comete un error.
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Los conflictos se sanan con humildad y compasión, ya que la raíz de todo problema siempre es la soberbia y la falta de claridad.
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Si el nivel de ofensa corresponde al nivel del ego, entonces lo mejor es sanar al ego para que nada lo ofenda.
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Si odiando al enemigo se alimenta la guerra, de igual forma amando al agresor se sana el conflicto.
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Si expresar el enojo hace que el agresor tire sus tóxicos emocionales, contenerse es la mejor forma de cuidarse y quererse.
Red de Paz Personal
Juan David Silva Aguirre
culturaneuroactiva@gmail.com
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