-
Preocupación, estrés, desánimo, depresión, angustia, desesperanza. Las emociones han sido las primeras afectadas con todo el caos que estamos viviendo, esto es normal y es saludable vivirlo intensamente, pero no es saludable quedarse ahí eternamente, por eso hay que estar muy atentos que esto no se convierta en pesimismo o pensamientos catastróficos.
-
Tener mucho miedo frente al Covid, o no temerle a la situación. El miedo por el contagio a través de las interacciones cotidianas, en el trabajo o con la familia o los amigos, hace que una gran parte de la población esté evitando el contacto social al máximo, y practicando todas las normas de bioseguridad en todo momento, lo cual contrasta con otra gran parte de la población que están aburridos con la situación y esto los hace ser muy optimistas o simplemente no creen o se relajan, por lo que no aplican las normas de bioseguridad con su familia y amigos.
-
Incertidumbre económica. Ante el cambio de realidad que nos trajo la pandemia, a muchas personas que perdieron su trabajo no les ha quedado fácil reinventarse, y como las obligaciones y deberes de adulto no paran, pues están atravesando por infiernos físicos y psicológicos que los tiene al borde del desespero o del colapso.
-
Adicciones y actividades evasivas. Los cambios, enfrentarse a lo desconocido, el aumento en las presiones cotidianas, la ansiedad y el estrés, son factores que hacen que se generen múltiples actividades evasivas y adicciones, en las cuales las persona encuentran descanso y reparación, del desgaste psicológico y emocional que producen la realidad tan pesada y tóxica que estamos viviendo.
-
Polarización. Estamos en una época caracterizada por la profunda división y polarización en la que está sumida la humanidad, gracias a temas tan delicados como los acuerdos de paz, el aborto, la legalización, el matrimonio igualitario, la política, el vandalismo como protesta social, o el manejo de la protección frente al Covid. Esta división casi por mitades iguales se refleja en todos los ámbitos de la vida social, a veces la crisis se torna tan candente que se ve el odio claramente de ambos lados, esto es algo muy preocupante ya que pueden ser los inicios de una guerra civil o hasta de una guerra mundial.
-
Emociones desbordadas e irritabilidad. El mal manejo de la diferencia genera enojo, que cuando se mezcla con incultura e impulsividad se convierte en agresividad y violencia. El incremento de esta emocionalidad tóxica se ve en asuntos tan cotidianos como en el tráfico vehicular, en las relaciones personales o en las parejas, lo cual también es la causa principal del aumento en la violencia urbana y la violencia intrafamiliar.
-
Malentendidos. El lenguaje está perdiendo la capacidad de comunicar, se da mucho el caso de algo específico que es visto de formas diferentes por ambas partes, o cuando se expresa un mensaje de forma clara, y la otra persona entiende otra cosa o muchas veces entiende lo contrario.
-
Trastornos mentales. Que nos saquen de la zona de confort, enfrentar la incertidumbre, el cambio en la frecuencia energética del planeta, y el aumento en la monotonía y en la presión, todos estos factores han conducido a muchas personas a experimentar síntomas de diversos trastornos mentales, como por ejemplo: Semiautismo, drogadicción, esquizofrenia, ansiedad, pánico, sinsentido, tendencias suicidas y locura.
-
La desconfianza hacia las instituciones sociales. Una mezcla de factores como la mentira, la corrupción, las malas administraciones, el abuso de poder y la falta de oportunidades, ha generado que se pierda la credibilidad y la confianza en todas las instituciones sociales, como por ejemplo: La política, el gobierno, la religión, los medios de comunicación, las fuerzas armadas, y las instituciones de salud.
-
Activación de habilidades mentales inmaduras. Una habilidad mental mientras que se aprende a manejar presenta más desventajas que ventajas, ya que es como si a alguien que no sabe nada de sistemas le regalaran un computador de alta gama pero sin instrucciones de uso. Cuando se activa el mundo espiritual, es tarea de cada persona aprender a protegerse de sus riesgos, y manejar las técnicas para llegar a sus beneficios.
Síntomas
SÍNTOMAS FÍSICOS
-
Mucho cansancio, descompensación física y energética. Sensación de estar agotado, de querer parar y no hacer nada.
-
Sólo ganas de dormir. Se duerme en todo momento, y hasta se dejan de hacer cosas habituales por dormir. No quererse levantar, ni bañar ni salir.
-
Sensación de mareo y embotamiento.
-
Bipolaridad alimenticia. En unos momentos se siente inapetencia, y en otros momentos se siente ansiedad por comer.
-
Se incrementan las enfermedades y las dolencias, esto se presenta de dos formas, se tienen varios padecimientos al mismo tiempo.
-
Se siente un frío inusual principalmente en la noche, que entra por las manos o los pies y llega hasta los huesos, el cual si no se cuida adecuadamente puede llegar hasta hipotermia.
-
Sensación de nudo en la cabeza. Esta sensación se puede describir como un globo flotando en el cerebro o como un zumbido en la cabeza que marea o debilita.
-
Dermatitis o Rosácea generada por las preocupaciones y el estrés.
-
Palpitaciones o dolores del músculo cardiaco.
-
Enfermedades inusuales, como por ejemplo dolor intenso en la parte media del cuerpo muy parecido al dolor menstrual pero en los hombres, vibraciones en el cerebro que marean, espasmos, sensación de estar mojado en alguna parte del cuerpo, rasquiñas, neuralgias, y punzadas, por lo general son síntomas que cuando se hacen chequeos médicos le salen bien a la persona.
SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS
-
Se siente que se está de cuerpo presente pero con la mente embotada. Se siente metido en un loop, en un bucle sin sentido, como flotando en una burbuja en donde no pasa el tiempo.
-
Se baja la producción pero también se baja la ansiedad, lo cual es algo atípico.
-
Desgano, desaliento, pereza, ganas de nada, falta de voluntad o energía para hacer algo o para moverse. Hacer los asuntos del trabajo y hasta las tareas cotidianas requiere de mucho esfuerzo. El día no rinde, se hacen dos o tres cosas y se queda muy cansado. Parálisis por análisis, hay mucho que hacer pero no hay quien haga, se siente como si algo frenara o bloqueara la realización de los deberes y obligaciones, por encima de la necesidad, del deseo o de la voluntad. Procastinación. Se dejan las cosas empezadas, se postergan cosas simples de hacer, y las cosas complejas se ven imposibles.
-
Activación o incremento de las adicciones, como mecanismos de defensa ante una realidad tóxica y pesada, por eso el tiempo se pasa en actividades evasivas y de reparación física o mental.
-
Decaimiento, bajonazos anímicos, falta de motivación, desesperanza. Se tienen los mismos síntomas de un agotamiento pero se caracteriza por el desinterés hacia las actividades cotidianas.
-
Despersonalización. Confusión de identidad, desconocerse a sí mismo, pérdida de sentido, de interés, de magia, se van los rasgos predominantes de la personalidad. Lo que normalmente importaba tanto ya no importa. Se tienen pensamientos raros, es algo inexplicable, no se le encuentra sentido a la existencia normal, no se sabe qué hacer ni qué pensar, lo que normalmente funcionaba ya no funciona.
-
Fallas en la comunicación y dificultad para expresar lo que se siente. Al principio no es claro establecer la causa.
-
Conflicto interior. Se genera una pelea consigo mismo debido a la división interna, como una parte quiere hacer las cosas pero la otra no las hace, se pierde control en el manejo de la realidad, y esto puede generar mucha frustración y culpa. Se siente como si fuera un ataque de los saboteadores internos, o un incremento de los defectos personales.
-
Sensación que se va a enloquecer. Saturación de tantas noticias y estímulos tan intensos, duda de todo, incredulidad, desespero, confusión, revolcón interior, nerviosismo y ansiedad frente a todo lo que está pasando.
-
Falta de empatía con el mundo. Salir al mundo produce hastío y repulsa, se evita el contacto debido a sentir pereza de la gente y de la humanidad.
SÍNTOMAS SOCIALES
SÍNTOMAS POSITIVOS
-
Todo físicamente está ideal, hay abundancia y las cosas fluyen (el problema es que no hay quien haga).
-
Se acelera lo cuántico. La velocidad entre el pensamiento y los acontecimientos es mucho mayor.
-
Activación de las habilidades mentales.
-
Se deja la saturación laboral y se aprende a hacer las cosas al propio ritmo, se llega a lo simple en el trabajo.
-
Aumento en la sincronicidad, la intuición, las premoniciones, la espiritualidad y la magia.
-
Conexión con lo místico, con el cosmos.
-
Cuestionarse más de lo normal o preguntarse cosas diferentes, se siente que la mente está más activa que nunca. Se entiende todo mejor que antes, se tiene una óptica más profunda o completa de las cosas, uno ve que antes estaba perdido con respecto a la realidad de ciertos aspectos de la vida.
-
Muchas personas no se han dejado bajar el ánimo en los momentos más difíciles.
-
Se vive una reinvención del aspecto laboral.