Cómo Sanar a las Víctimas de Relaciones Conflictivas

 

Víctimas de Violencia Física

Los casos de violencia física en las relaciones de pareja son por lo general causados por los hombres y padecidos por las mujeres, pero también se encuentran casos en donde la mujer agrede con violencia física. La agresividad del hombre, lo que busca es someter a la mujer psicológica y energéticamente, si la mujer no tiene principios o demuestra sumisión como para tolerar tal actitud, entonces ya estará embarcada en una relación de amor-odio con un macho facho, el cual tiene tanto de fascinante como de peligroso, lo delicado es que lo peligroso es invisible a los ojos de la mujer en un inicio, y cuando se alcanza a dar cuenta ya es demasiado tarde, y por esto la mujer ya como víctima, termina metida en un régimen del terror muy parecido a una jaula de oro, en donde aparentemente lo tiene todo, excepto la libertad, ya que este perfil de hombres no permiten que se les lleve la contraria, y son absolutamente controladores y celosos. Como es tan culpable el que pega como el que se deja pegar, aquí está justamente el pecado de la mujer, ya que al permitir las actitudes enfermizas y las manifestaciones de inmadurez emocional del hombre, ésta es la que sostiene la relación enfermiza sin darse cuenta, debido a su propia inmadurez emocional o a su falta de principios.

Los casos más vistos socialmente sobre problemas de pareja y violencia intrafamiliar, corresponden a casos de agresividad masculina en donde la mujer es la víctima. Así estén tan mencionados estos casos y las mujeres tan advertidas sobre los peligros de la violencia contra la mujer, este tipo de situaciones se incrementan más cada día, y es precisamente porque es muy fácil para cualquier mujer caer en este tipo de relaciones peligrosas, teniendo en cuenta que este perfil de hombres asesinos de mujeres, al principio cuando apenas se están conociendo son un verdadero encanto, y por eso se asumen muy rápido como la pareja ideal, teniendo en cuenta su liderazgo, belleza y magnetismo, o sea que parecen tener todas las cualidades, pero como dicen por ahí: “de eso tan bueno no dan tanto”, o sea que todo en la vida tiene su lado opuesto para poderlo equilibrar, por eso siempre hay que tener el beneficio de la duda cuando se ve algo tan bueno, ya que su lado malo debe ser igual de intenso a eso que se ve a simple vista.

 

Víctimas de Violencia Psicológica

Los casos de violencia psicológica en las relaciones de pareja son por lo general causados por las mujeres y padecidos por los hombres, pero también se encuentran casos en donde el hombre agrede con violencia psicológica. Con la violencia pasiva o psicológica, de manera inconsciente la mujer adquiere una actitud que propicia la violencia física del hombre, ya que lo mete en una especie de trastorno de ansiedad debido a los innumerables controles, peticiones, reclamos y culpas, lo cual no solo invade su privacidad sino que viene acompañado de mucho pánico emocional, teniendo en cuenta que este perfil de mujeres no sabe hacer un reclamo normal y calmado, sino que siempre se les forma una tragedia que quieren resolver en medio de la ofuscación, presentándole al hombre miles de argumentos en los que éste siempre sale culpable, y al verse inmerso en escándalos y discusiones, esto termina afectándolo interiormente, teniendo en cuenta que la situación se le sale de control, con lo que cae en un infierno silencioso que lo carcome mental y energéticamente.

Cuando el hombre tiene algunos principios pero aún no tiene maduras su emociones, este acorralamiento emocional lo conduce al trastorno de ansiedad que le produce una tensión psicológica que busca descargarse, pero como sus principios le impiden hacer daño afuera entonces la energía implosiona, y ahí es cuando se genera una autoagresión física como golpearse la cabeza, morderse, arañarse, o lacerarse, o sea que el rayo no sale al afuera sino que le pega a la misma persona.

El caso contrario ocurre cuando el hombre no tiene principios ni está maduro emocionalmente, por lo que el pánico emocional producido por la violencia pasiva de la mujer o por una simple contradicción de ésta, le genera una tensión energética que busca descargarse y por eso se le detona el instinto de defensa, que como no tiene madurez emocional entonces se convierte en instinto criminal, y ahí es que esa energía tóxica sale como un rayo directamente al afuera, convertida en violencia contra la mujer, causando agresiones físicas que empiezan por gritos y golpes pero llegan hasta el feminicidio.

Y en un último caso hipotético, cuando el hombre tiene principios y tiene maduras sus emociones, sencillamente no se mete en una relación de amor-odio, ya que sus principios no solo le impiden reaccionar agresivo, sino que también le harían salirse de inmediato de una relación de amor-odio, desde el mismo momento en el que se diera cuenta de los síntomas de inmadurez emocional en la mujer.

 

La Culpa de las Víctimas

Pese a que en ambos casos la culpa inicial se encuentre en el agresor activo o pasivo, de todas maneras aquí las víctimas también son cómplices para que la situación infernal se sostenga, o sea que en una relación de amor-odio está tan enfermo el que pega como el que se deja pegar, y esa es la parte de la culpa que tiene la víctima, sostener una situación insostenible, debido a que cuando aparece la manifestación de violencia en el agresor, la víctima no tiene los principios que le permitan cortar la relación tóxica en ese momento, ni tiene el valor para asumir la pérdida de alguien tan valioso, y por eso es quién termina sosteniendo la relación de amor-odio. Cuando la víctima, sea el hombre o sea la mujer, no logra cortar a tiempo la relación para salirse del peligro, lo que sucede en esas relaciones es que el agresor termina sometiendo a la víctima para que esta viva según sus gustos y predilecciones, convirtiéndose en una especie de vampiro que se alimenta de la energía y de la vida de la víctima, quien queda viviendo un infierno soportable.

 

Cómo Identificar una Relación Peligrosa

Ayudar a identificar una relación potencialmente peligrosa, es la mejor herramienta contra la violencia intrafamiliar, el feminicidio y la violencia contra la mujer. Hay que empezar por diferenciar si el deterioro en la relación es causado por la violencia física o por la violencia psicológica, y ubicar que tipo de violencia tiene cada persona, teniendo en cuenta que a simple vista las cosas suelen ser engañosas, por eso para identificar una relación potencialmente peligrosa, hay que conocer muy bien el perfil de la inmadurez emocional masculina que genera violencia física, y el perfil de la inmadurez emocional femenina que genera violencia psicológica, el desarrollo de este aspecto de las relaciones enfermizas se encuentra en la “Autoterapia para la Inmadurez Emocional”.

Aunque el objetivo que se tiene al identificar una relación peligrosa, es precisamente tratar de no elegir como pareja a personas que padezcan de inmadurez emocional o que estén viviendo experiencias que a uno ya no le correspondan, este objetivo no es tan fácil de cumplir, teniendo en cuenta que si la persona necesita pasar por vivencias dolorosas para aprender cosas de la vida que aún no sabe, así se le advierta racionalmente, el instinto ganará esa batalla y la persona terminará eligiendo a la pareja potencialmente peligrosa, viviendo los placeres, los traumas y los riesgos de las relaciones enfermizas, ya que cuando la emoción está inmadura, ésta recorre un camino arquetípico de duros aprendizajes para madurar.

 

Cómo Convivir con un Ser Querido Violento

Una de las causas más fuertes del fenómeno de la violencia es que los seres humanos no sabemos reaccionar de forma saludable frente al error, el defecto o la diferencia, esto es lo que genera toda la desconexión y la división que caracteriza a la humanidad actual y que nos impide encontrar la unidad, esta es sólo una de las razones por las que convivir con personas agresivas, es algo que pone a la víctima en peligro físico y la derrumba interiormente, ya que pierde la libertad y empieza a vivir en un régimen del terror, en donde quedan prohibidos los aspectos de su vida que detonen la furia del  agresor.

Frente a un ser querido que de repente se pone agresivo y atenta en contra de la integridad física, psicológica o emocional, existen tres tipos de reacciones, las personas incultas pelean para defender sus intereses y hacerse respetar, las personas cultas lo mandan al exilio y lo sacan del corazón y de la vida para protegerse del riesgo que éste representa, y quienes tienen madurez emocional encuentran una tercera vía que se explica a continuación.

Con la violencia intrafamiliar el problema no son los malos ni los violentos, ya que ellos son sólo las primeras víctimas de este flagelo, o sea que el problema real es el mal y la violencia, que son enfermedades mentales y emocionales que le pueden dar a cualquier persona y que cada vez crecen más en la población, por lo tanto es erróneo creer que el problema es algo externo y no interno, esto quiere decir que los defectos, adicciones y problemas mentales no son algo que esté en los otros, sino que son algo que está en lo más profundo de la naturaleza humana, entonces la solución no está en acabar con los malos, así como ocurre por ejemplo en Filipinas, en donde el presidente apoyado por la mayoría de la población, creen que para acabar con el problema de las drogas la solución es matar a los drogadictos y a todo aquel relacionado con el narcotráfico y la delincuencia, esto es algo tan irracional e irrisorio, como por ejemplo pensar que el problema de la corrupción se acaba haciendo una redada para coger a todos los políticos corruptos y enviarlos a la cárcel, o pensar que el problema de la pobreza se soluciona dándole a cada pobre cien millones de pesos, ya que cuando se trata de eliminar el efecto y no se elimina la causa, lo único que se logra es podar el problema y hacer que este crezca más frondoso. Para eliminar una enfermedad personal o social, necesariamente hay que ir a la causa y cortar el problema de raíz, por lo tanto la represión nunca va a ser la solución, porque esto lo único que consigue es postergar la crisis y crear una bomba de tiempo que se manifiesta en múltiples problemas de salud pública.

Cuando se hace la pregunta de cómo convivir con un ser querido que se pone violento, también se está haciendo referencia a varios temas que en el fondo son la misma pregunta ¿Cómo convivir con lo salvaje?, que corresponde a nuestros instintos desestructurados y mal manejados, que se convierten en los diversos aspectos negativos del ser humano, como por ejemplo errores, defectos, abusos, enfermedades, ofensas, agresiones, mentiras y robos. La respuesta es que si se puede convivir con lo salvaje, pero conociéndolo, respetándolo y manejándolo, o sea que para solucionar el problema de convivencia con un ser querido violento, hay que empezar por alejarse para tomar una posición intermedia, en donde no se quede tan lejos como para terminar el contacto, ni tampoco tan cerca como para compartir la intimidad, de esa manera cada parte accede a lo que le interesa y al mismo tiempo se protege, igualmente, desde este punto le queda más fácil a la víctima respetar el libre desarrollo de la personalidad del agresor, y al mismo tiempo respetarse a sí misma no permitiendo que los abusos continúen. En este objetivo también es de gran ayuda cultivar una mentalidad realista, en donde se asuma que nadie es perfecto sino que todos tenemos defectos, sólo de esta manera es posible aceptar los propios defectos y reaccionar bien frente a los defectos del otro, ya sin la ofensa y sin odio, con la claridad de que el daño que ocasiona no es por mal intención sino por desconocimiento o enfermedad. Cabe anotar que esta solución funciona sólo en los niveles de violencia bajos y medios, ya que para los niveles altos lo más recomendable es terminar la relación de forma saludable.

 

 

Artículo extraído del libro:

“Manual de Paz y Posconflicto Urbano”.

Autor: Juan David Silva Aguirre.

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