Logros de Paz

El Proceso de Paz en Colombia

Desde el mes de octubre pasado, los colombianos hemos entrado en una especie de realismo mágico en donde han ocurrido cosas muy inesperadas y desconcertantes, el domingo 2 de octubre se dio el plebiscito con la sorpresiva y estrecha victoria del no, el miércoles 5 se dio la esquiva reunión entre el gobierno y la oposición, y también ocurrió la marcha del silencio en defensa del proceso de paz, y el resto de la semana se dieron en todo el país otras multitudinarias marchas por la paz, junto con el campamento por la paz en la Plaza de Bolívar, y para finalizar esta montaña rusa de emociones, el viernes 7 Juan Manuel Santos se ganó el Premio Nobel de Paz.

 

Estos acontecimientos históricos entorno a la paz tienen al país sumido en la más profunda incertidumbre y polarización, los del si piensan que los que votaron por el no son los enemigos de la paz, y los del no piensan que los que votaron por el si van a hacer que en Colombia pase lo mismo que pasó en Venezuela, esta división se manifiesta en las múltiples expresiones que se ven en las redes sociales, en los medios de comunicación, y también en las opiniones de otras naciones, unas felicitando a Santos por el Novel y otras cuestionando a la organización de los Premios Novel por la designación de Juan Manuel Santos, teniendo en cuenta la victoria del no en el plebiscito y que las negociaciones no han terminado, y por último, esta confusión y división son evidentes en las expresiones que se escucharon en las marchas por la paz en donde se cuestiona a los líderes de los dos bandos, a Uribe por los aspectos polémicos de su gobierno y a Santos por entregarle el país a las FARC. Pese a este panorama tan confuso, en estos hechos también existen importantes puntos que aclaran la situación y que vale la pena analizar.

 

El plebiscito por la paz nos sirvió como experimento para darnos cuenta que, un acuerdo en el que participen sólo una parte de los colombianos y en el que queden a disgusto un porcentaje tan alto, no es un acuerdo sólido ni duradero. Hasta el momento del plebiscito, en las negociaciones de paz estaban sólo dos partes (guerrilla y gobierno), pero con la victoria del no, surgió la tercera parte que corresponde a la oposición, y con las marchas de la última semana surgió la cuarta parte que corresponde a la ciudadanía. Con todo esto es claro que la construcción de la paz debe ser compuesta por cuatro fuerzas sociales: la guerrilla, los del si (gobierno), los del no (oposición), y los ciudadanos (estudiantes, escépticos), o sea que para crear una solución que se sostenga en el tiempo, el acuerdo final de paz no sólo debe incluir a los sectores participantes y víctimas de la guerra (guerrilla, gobierno, militares y campesinos), sino que se necesita involucrar activamente a los sectores participantes y víctimas de la violencia (bulling, violencia intrafamiliar, violencia contra la mujer, riñas, barras bravas, etc.), por eso fue que en el campo votaron por el si y en la ciudades votaron por el no, ya que sólo quienes viven la guerra tiene muchos motivos para perdonar, en cambio la mayoría de ciudadanos que no vivimos la guerra sino la violencia, no tenemos tantos motivos para perdonar a los guerrilleros por sus muchos crímenes, por lo que prevalece un juicio más riguroso y eso hizo que en las ciudades predominara el voto por el no, por eso es necesario encontrar nuevos caminos de paz que vinculen a todos los colombianos. Los acuerdos actuales están hechos sólo para satisfacer a los partidarios del si y sólo para solucionar los problemas de la guerra, pero no están hechos para satisfacer a los simpatizantes del no, ni para solucionar los problemas de la violencia, es por esto que para alcanzar una paz sólida se necesitan un acuerdo final de paz que incluya las técnicas para facilitarle a todos los colombianos sanarse tanto de la guerra como de la violencia, y en el que se comprometan activamente los cuatro actores del posconflicto: guerrilla, gobierno, oposición, y ciudadanía.

 

Con las marchas se evidenció el surgimiento de una cuarta fuerza social en el escenario de los diálogos de paz y el posconflicto, que está representada en la ciudadanía, en los que no votaron, en los escépticos y en los estudiantes, todos los cuales simbolizan al guerrero pacifico y representan a todas las personas que están hastiadas de la guerra y claman por un cambio de conciencia y una transformación social, estas personas somos escépticas o distantes del acontecer social, y no es porque no nos interese la paz, como superficialmente se puede interpretar, sino porque es evidente que estos diálogos no van a solucionar el problema de la violencia en Colombia, y si a esto se le suma la politización y la polarización que ha sufrido el proceso de paz, eso es lo que nos genera desde incredulidad hasta apatía sobre el tema. Este espontáneo movimiento ciudadano por la paz, está compuesto por personas que quieren hacer su contribución personal a la construcción de la paz, pero el problema es que no saben cómo, por eso sus mejores intenciones se reducen a apoyar el plebiscito, asistir a las marchas por la paz, y publicar opiniones en las redes sociales, esto evidencia que la ciudadanía necesita urgentemente saber cómo contribuir con el proceso de paz y saber cual es la técnica para solucionar la violencia.

 

 

Artículo extraído del libro:

“Manual de Paz y Posconflicto Urbano”.

Autor: Juan David Silva Aguirre.

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