Puntos de Vista

La Ecuación Víctima-Victimario

Victima y victimario son dos manifestaciones del sentirse en falta y débil, la causa es no estar empoderado de sí mismo y no estar conectado con la fuente. Los dos controlan, tienen miedo, están en falta, el victimario controla con una forma activa como la tiraría, y la víctima controla con una forma pasiva como la sumisión, son dos caras de una misma moneda, están unidos en la misma ecuación, son patologías complementarias.

 

La víctima se somete a un victimario, porque ante la figura de fuerza del victimario se siente protegida en comparación a su sensación de debilidad, por eso controla al victimario a través de la sumisión. El victimario esta vibrando en debilidad, pero como es activo no se somete sino que controla, para asegurarse que las cosas estén como a él le gusta, por eso manipula el entorno, tiranizando los elementos y cristalizando la realidad para sentirse seguro, para lo cual niega totalmente el papel del débil.

 

La ecuación víctima victimario está metida en todas las relaciones de la vida, y conduce al desequilibrio. La patología ahí es tratar de controlar las cosas, es condicionar la realidad, por eso las personas con este perfil viven cansadas, por el esfuerzo energético que hacen constantemente, no se sueltan porque tienen miedo y por eso no fluyen.

 

Hay de dos clases de víctimas: Sumisas y rebeldes, las víctimas sumisas son muy fáciles de distinguir, pero las víctimas rebeldes se confunden con el victimario, por eso para diferenciarlas la clave es que éstas en su estado normal no son victimas, solo con un victimario reaccionan con violencia. La ecuación es muy compleja en el punto en que la víctima se vuelve victimario y el victimario pasa a ser víctima, un ejemplo de eso es la misma guerrilla, que al inicio surgieron como víctimas rebeldes, y luego se convirtieron en agresores de la población y del estado.

 

La solución está en la mitad de la ecuación, por eso hay que salirse de la condición de víctima y de la condición de victimario para que se restablezca el equilibrio. Lo que causa todo el desequilibrio es la falsa idea de ser vulnerable, desde ese enfoque la cura es un reconocimiento de lo que se es en realidad, para luego empoderarse de ello y moverse en el mundo desde esa posición. Cuando uno se desconoce se vuelve pequeño y cae en la vulnerabilidad, la cura es encarnar la propia identidad y realizar la misión en la vida, con esto se adquieren todos los atributos de fuerza y unidad que le permiten a la persona tener equilibrio e integridad.

 

Autora

Hilda López

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