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Todo físicamente está ideal, hay abundancia y las cosas fluyen (el problema es que no hay quien haga).
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Se acelera lo cuántico. La velocidad entre el pensamiento y los acontecimientos es mucho mayor.
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Activación de las habilidades mentales.
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Se deja la saturación laboral y se aprende a hacer las cosas al propio ritmo, se llega a lo simple en el trabajo.
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Aumento en la sincronicidad, la intuición, las premoniciones, la espiritualidad y la magia.
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Conexión con lo místico, con el cosmos.
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Cuestionarse más de lo normal o preguntarse cosas diferentes, se siente que la mente está más activa que nunca. Se entiende todo mejor que antes, se tiene una óptica más profunda o completa de las cosas, uno ve que antes estaba perdido con respecto a la realidad de ciertos aspectos de la vida.
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Muchas personas no se han dejado bajar el ánimo en los momentos más difíciles.
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Se vive una reinvención del aspecto laboral.
Autor: Juan David Silva Aguirre.